En español, el sufijo "ismo" confiere a las palabras un sentido, que va desde cierta inclinación hasta una especie de declaración de principios.
En esa franja semántica, a veces es difícil precisar qué se quiere decir exactamente cuando se habla, por ejemplo, de "sindicalismo" o de "asistencialismo".
El ejemplo del "sindicalismo" es famoso: los textos clásicos marxistas siempre han estado en contra del sindicalismo, término que empleaban mucho algunos sectores anarquistas, especialmente la CNT de hace un siglo, cuando con ello se quería decir renunciar a la lucha política y centrarse exclusivamente en lo sindical. Sin embargo, hoy en día se emplea el término con un significado menos acusado, aunque yo particularmente sigo utilizándolo "a la clásica".
Con el término "asistencialismo" podríamos decir otro tanto, pero las RSP lo están empleando correctamente para designar aquellas actividades asistenciales de entidades y ongs que no cuestionan las causas de la miseria y la pobreza.
Así que las RSP estamos en contra del asistencialismo, a pesar de que una parte de las actividades de las RSP, por definición, tengan carácter asistencial.
Pero a quienes atendemos y asistimos es a los sectores que luchamos y nos auto-organizamos frente a este sistema explotador, y, por algún motivo, hemos quedado desprotegidos en algún terreno (asistencia jurídica frente a detenciones, asistencia alimentaria frente a despidos, etc.), y el plan consiste en hacerlo dentro de un esquema de auto-construcción, correspondencia y ayuda mutua. Es decir, en nuestras filosofía y lógica no caben personas en las que prevalezcan las actitudes parasitarias (a esos no los atendemos -o no deberíamos-), solo caben los que se organizan y luchan.
A pesar de todo, las RSP tienen carácter asistencial. Es uno de sus fundamentos. No son simples plataformas de luchas reivindicativas, de las que ya hay muchas en cada ciudad.
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